Mensaje Wiñoy Xipantu 2012 del Príncipe Felipe de Araucanía y Patagonia a la Nación Mapuche


Año Nuevo Mapuche - 24 de Junio, 2012


Marri marri pu Lonko, pu Machi
Marri marri pu Weupife, pu Ngenpin
Marri marri pu Werken, pu Weychafe, pu Kona.

Marri marri Kompuche.

Durante el último año, hemos visto con optimismo que tanto el  proceso de reafirmación de nuestra identidad nacional como la lucha por la recuperación territorial siguen más fuertes que nunca. Sin embargo, la agenda Mapuche sigue absorbida por un panorama de injusticias y atropellos endémicos como son los allanamientos, las detenciones, las torturas; además de la degradación del medio ambiente y los proyectos mineros y de infraestructuras que se realizan en contravención de la legislación nacional e internacional.

No obstante, diversas razones animan al optimismo. En primer lugar, queremos hacer una mención especial a los estudiantes mapuche que reivindican mejores oportunidades en el ámbito académico y social. También queremos destacar que considerables avances se han producido en el terreno organizativo con respecto a los derechos como pueblo.


La tradicional distinción entre el mapuche de la ciudad y el mapuche de las áreas rurales ha quedado atrás para dar paso a un universo de intereses comunes en el ámbito profesional, estudiantil, académico y artístico. Diversas entidades transversales, como las organizaciones estudiantiles, el partido Wallmapuwen o ENAMA, buscan soluciones desde su propia perspectiva a los problemas sociales y políticos, repercutiendo con fuerza en el panorama nacional.


Sin importar la procedencia, la profesión, la adscripción política o religiosa, el mapuche sigue reafirmando su identidad y aquel que esconde sus raíces el winka se ocupa de recordársela mediante el racismo y la discriminación. La afirmación de nuestra identidad cultural contrarresta el proceso de asimilación impulsada por la sociedad mayoritaria y la proliferación de organizaciones mapuche no significa división entre mapuches, sino forma parte de una tradición que tiene origen en la organización ancestral, un ejemplo son los meli wixan-mapu que unidos en la diversidad consiguieron enfrentar victoriosamente al enemigo.


Las justas demandas de los estudiantes mapuches, que piden una educación intercultural y bilingüe en el territorio ocupado, están orientadas a crear formulas de entendimiento y a establecer la posibilidad real de mantener una relación ventajosa para ambas sociedades. Sin embargo, como bien señalan los dirigentes de la “Federación Mapuche de Estudiantes”, esto no será posible sin la voluntad del gobierno para elaborar una política pública sobre educación que incluya el respeto a la diversidad cultural, y en la que los estudiantes mapuches no sean discriminados por su identidad étnica o cultural.


Debido al empobrecimiento generalizado del pueblo mapuche y a la baja calidad de la educación básica y media en los sectores rurales, consideramos que los jóvenes mapuches están en una posición de desventaja. Es por ello que se hace necesaria una política de “discriminación positiva” con respecto a la política de becas e incrementar el número de mapuches que hacen el doctorado en el extranjero. Sin duda, es a través de la educación que los jóvenes mapuche podrán competir en igualdad de condiciones en el mercado laboral.


Consideramos totalmente deplorable que el gobierno chileno siga haciendo uso de una política económico-colonial desoladora de nuestros recursos, mientras los hijos de los mapuche no tienen acceso a los centros de enseñanza superior por la falta de becas adecuadas;  igualmente condenable es la negligencia de proveer hogares estudiantiles subvencionados ni se considere la vieja reivindicación del establecimiento de una Universidad Nacional Mapuche.


Por otro lado, la presión policial en el territorio mapuche, por parte no sólo de la policía militarizada sino también de guardias privados, continúa percutiendo en la libertad de los mapuches. El rol servil de estas entidades parapoliciales se siente con fuerza especialmente en las comunidades en conflicto que luchan por la restitución de sus tierras ancestrales. Es vergonzoso observar la pasividad de un gobierno y de un estado de derecho, que se dice democrático, y que se mantiene indiferente frente a los abusos de poder de la policía y los fiscales.


En ningún país civilizado y con un estado de derecho consolidado no se permitiría que un fiscal racista ejerciera sus funciones o que un policía que asesinó por la espalda a un estudiante sea ascendido de rango. Esta es la  demostración fehaciente de que el estado chileno relega a los mapuches a la categoría de “ciudadanos” de segunda clase. A pesar de los anuncios en medios de comunicación de tomar medidas de reparación, tales como la devolución de tierras a ciertas comunidades, estas promesas permanecen incumplidas por parte del gobierno chileno. El mismo presidente Piñera prometió no aplicar más la Ley Antiterrorista pero ésta se sigue aplicando con la mayor arbitrariedad.


Auspice Stella, asociación bajo el patrocinio de nuestra Casa Real lanzó el pasado 20 de junio la Comisión Mapuche de Derechos Humanos, encabezada por un grupo de expertos en este ámbito para colaborar con las organizaciones mapuche y los grupos solidarios con la causa mapuche. Dicha organización presentará las denuncias a los organismos correspondientes de la ONU y otras organizaciones internacionales. Es especialmente lamentable que el Convenio 169 de la OIT, y sus disposiciones como el derecho al consentimiento libre, previo e informado, siga siendo vulnerado. Tal es el caso de las comunidades mapuche-williche que defienden sus derechos territoriales y luchan por un desarrollo sostenible que han venido practicando desde tiempos inmemoriales.


La degradación del medio ambiente, la protección de los ecosistemas y la biodiversidad exigen un desarrollo sostenible como se ha puesto de manifiesto en la Conferencia de la ONU Sobre Desarrollo Sostenible Río+20. Durante el transcurso de dicha conferencia las naciones y pueblos indígenas reunidos en la cumbre de “Kari-Oca” han puesto el acento en la necesidad de incidir en políticas que potencien la identidad y cultura de los pueblos originarios, así como el respeto a los derechos humanos y a la libre determinación. Estas políticas de sostenibilidad y respeto chocan frontalmente con la estrategia económica del gobierno de Chile y Argentina que sigue implementando políticas agresivas contra las comunidades mapuches, que atentan contra su biodiversidad e identidad cultural, a pesar de las continuas protestas de diversos sectores del país.


Queremos reconocer el gesto simbólico de reconciliación con los pueblos originarios, durante el acto de retorno a la comunidad Monuel Mamue de los restos humanos, que estaban expuestos en el Museo Tello. Celebramos las disculpas de Alberto Weretilneck, gobernador de Viedma, en nombre del estado argentino. Del mismo modo, también celebramos la actitud de un número crecientes de historiadores e intelectuales argentinos que han arrojado luz sobre la negación del genocidio y las falacias utilizadas para justificar la “Campaña del Desierto”.


Mis pensamientos están con los presos políticos mapuches, con sus familias y con las mujeres, niños y ancianos que, victimas de las últimas redadas, están heridos en las comunidades cercadas por la policía chilena. A todos ustedes les hago llegar, en este día de celebración familiar, nuestros saludos más solidarios. Les quiero decir que no están solos, que sus voces tienen eco internacional. Tras ustedes hay una nación aparentemente fragmentada sólo para aquellos que no entienden la unidad en la diversidad. La nación Mapuche permanece férreamente unida a través de su cultura, su historia, su espiritualidad, por sus héroes y heroínas y por sus fiestas nacionales como el wiñoy xipantu; sentimientos de identidad que se renueva dignamente y se proyecta con orgullo y fuerza hacia el futuro.


K’me amupe Wiñoy Xipantu kompuche!


Felipe
 
Príncipe de Araucania y Patagonia

Paris, 24 de junio, 2012

 


Royaume d'Araucanie & Patagonie